Tal y como mi madre me recuerda a menudo, desde muy pequeña tuve inquietud en recoger y alimentar perros de la calle y parece ser que esta necesidad todavía perdura. La bondad de los animales me parece entrañable y su vulnerabilidad me inquieta, por eso necesitaba canalizar toda esa sensibilidad y encontré el camino a través de la Anxova Peluda. Compartimos la misma forma de hacer y pensar en lo mejor para los peludos. A pesar del esfuerzo y desgaste que supone estar en el cañón día a día, no podemos dejar de estar allí. ¡Nos apasiona!